LA DESIGUALDAD EN EL ÁMBITO FAMILIAR Y LA SALUD

Para el reto del módulo 1 he querido profundizar en un artículo relacionado con una de las consecuencias para la salud de las mujeres con origen en la desigualdad de género.

Dentro del marco de la construcción social de género, entendemos que los roles que nos han inculcado y que hemos asumido como integrantes de una sociedad determinan nuestro comportamiento y relaciones con los otros. Son los estereotipos de género los que definen las actitudes o las capacidades que podemos y/o debemos desarrollar como mujeres de una cultura occidental “desarrollada”.

En este aspecto, el entorno familiar, unidad mínima y primordial en la que se asienta nuestra sociedad, establece que la responsabilidad de las tareas cotidianas más pesadas, demandantes y las que conllevan más tiempo recaen sobre la mujer. Son ellas las cuidadoras...de la pareja, de los hijos, de los mayores y todos aquellos que requieran atención por su situación (dependencia) o edad. Pero este papel no queda en un simple estereotipo a erradicar, pues no solo repercute a nivel social en la vida de la mujer, sino que afecta directamente a su salud.

De esto trata el artículo siguiente https://www.scielosp.org/article/gs/2004.v18suppl1/132-139/, del coste que asumen las mujeres en sus vidas por el hecho de ser cuidadoras. Este coste es elevado para la salud, la calidad de vida, el empleo, las relaciones sociales y la disponibilidad del propio tiempo, además de las repercusiones económicas.

En este sentido, la educación ha jugado y juega un papel fundamental en la socialización diferencial de las niñas y los niños. La “historia” ha designado a las mujeres como simples participantes pasivas en el cambio evolutivo, relegándolas y limitándolas al papel de parir, alimentar y cuidar a sus hijos. Mientras que, por el contrario, los hombres han sido descritos como responsables de muchas de las innovaciones que nos definen como humanos. Así pues, no debe extrañarnos que este convencional sesgo sexista de “mujeres cuidadoras” haya persistido hasta nuestros días, y haya impregnado al mundo académico y al ámbito familiar.

Siguiendo con esta línea, la base del cambio viene dado, en primer lugar, en el hogar, y, en segundo lugar, en los centros formativos, donde debemos combatir la preservación de estereotipos cimentados en la historia y el sexo.

Otro medio de acabar con esta desigualdad vendría dado desde los centros sociosanitarios. Ofreciendo no solo información sobre los cuidados de las personas dependientes, sino de la repercusión en la vida de los cuidadores. Asimismo, habría que incidir en los servicios de apoyo, atención domiciliaria y ayudas económicas

Para finalizar quisiera hacer una anotación siguiendo las ideas del antropólogo Marvin Harris. El entorno puede condicionar nuestro comportamiento como sociedad, llegando, incluso, a rechazar o abrazar costumbres o ideas que entendemos como parte de nuestras tradiciones. Y a pesar de que las mismas se originan en sucesos o hechos objetivos y prácticos, pueden transformarse en sin sentidos y miedos injustificados que determinan nuestro devenir como parte de una comunidad. 

Personas Cuidadoras - Cuidar de las personas cuidadoras: ¿a qué tienen  derecho?

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